Fetiches de mujeres: lista completa con todos los fetiches femeninos que sin duda deberías probar con tu pareja

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Para quien no sepa lo que son los fetiches de mujeres, se puede decir que son fijaciones en objetos, situaciones o partes específicas del cuerpo que producen excitación o intensifican el placer sexual de una persona y estos, siempre y cuando no sea la única vía para conseguir la estimulación o generen angustia, suelen ser sanos. Ahora, hay ciertos fetiches femeninos que se presentan con más frecuencia y que son vías interesantes para experimentar cosas nuevas en la pareja. Estos son los más comunes:

Juguetes sexuales

Los juguetes sexuales personales no entren en lo que es fetiche sexual como tal, pero, la estimulación a través de imaginarse o usarlos para estimular a la pareja, sí puede llegar a considerarse como tal y, de hecho, es uno de los fetiches más comunes en mujeres.

Muchas mujeres curiosean con la idea de probar juguetes sexuales en la pareja para conseguir un rol más activo durante el sexo.

Fetiches de mujeres: gomas y látex

La lencería de goma y los accesorios de látex son un elemento frecuente dentro de las fantasías femeninas, así como un recurrente entre la lista de fetiches comunes en mujeres.

Este tipo de indumentaria suelen estar asociados a otros fetiches como la dominación, el empoderamiento, la sumisión voluntaria y consentida, entre otros. En resumen, estos son vistos como objetos de poder que transfieren seguridad, textura y olores que resultan eróticos para algunas mujeres.

Por otro lado, también puede relacionarse con la elifilia, que es la atracción y excitación hacia determinadas texturas (tocarlas, masajearlas, sentirlas en la piel…).

Uniformes

El fetiche por los uniformes es una derivación de otro grupo mayor de ‘sex-rol-play’, que son fetiches orientados a la recreación de escenas sexuales fantasiosas.

A pesar de que este es un fetichismo común en los varones, las mujeres, suelen disfrutar más con los juegos previos, la seducción sutil y las situaciones recreadas. En este contexto, los uniformes se convierten en una gran herramienta para explorar la sensualidad, así como para vivir procesos sexuales de liberación a través de un alter ego.

Los hombres, dentro del amplio abanico de los juegos de rol, suelen fijarse más en la lencería y los accesorios, más que en la historia en sí.

Pies

La podofilia es la fijación o fetiche por los pies dentro de un contexto sexual.

Las personas que tienen este fetiche sienten un gran estímulo sexual al interactuar con pies (usualmente estéticos y limpios), explorando las caricias, oliendo, masajeando, lamiendo, chupando, oliendo o simplemente admirando esta parte del cuerpo.

Este fetiche puede estar asociado a una primera experiencia estimulante relacionada con los pies o a una sensación excitante por descubrir y explorar esta parte del cuerpo (los pies) que siempre está cubierta.

En todo caso los ritos sexuales de una mujer podofila pueden ir desde el acicalamiento hasta la adoración de los pies.

Dominación

Profundizando en el significado de fetiches sexuales femeninos se encuentra uno que muchos se pueden haber imaginado: la dominación.

Muchas mujeres, incluso las que en su vida cotidiana suelen ser de personalidad sumisa, llegan a sentir un gran placer sexual al dominar mediante una dinámica consensuada a su pareja sexual, recibiendo el total control de su cuerpo, de las sensaciones, del tempo dentro de la dinámica sexual…

Pese a lo que se cree, la dinámica de Dominación y Sumisión no tiene que ver necesariamente con brutalidad o crueldad, es un acto de confianza, comunicación y respeto que se crea dentro de la pareja mediante reglas.

Fetiches femeninos: Bondage

Aunque el Bondage nace de la dinámica de sumisión y dominación, esta se caracteriza por la inmovilización total o parcial de la pareja, que pueden hacerse con esposas, cintas, bufandas, camisones, cadenas e incluso cuerdas con complejos nudos que llegan a todo el cuerpo.

Esta práctica engloba un amplio abanico de variantes dentro del fetichismo femenino.

Algunas veces se puede mezclar con juegos de roles, aunque esto no es habitual. En sí mismo, el Bondage o la inmovilización y privación de sentidos resulta estético, excitante o erótico para los practicantes de este tipo de fetiches sin un juego de roles asociado.

Zapatos

Aunque el fetiche por usar zapatos de tacón durante una relación sexual sea muy frecuente en los varones, las mujeres suelen disfrutar en secreto de este mismo fetiche, pero orientado al calzado en general.

Tener sus zapatos favoritos puestos puede ser interpretado como un ensalzamiento de la feminidad, de la belleza y la sensualidad, lo que resulta interesante en el contexto erótico para muchas mujeres.

Este fetiche encabeza la lista de fetiches sanos en mujeres, ya que es fácil de practicar y es poco probable que derive en lesiones o malas experiencias.

Fetiches con las barbas

La pogonofilia es la fijación por las barbas. Se consigue la estimulación sexual tocando, acariciando, frotando, oliendo, lamiendo, pasando por el cuerpo e incluso imaginando una barba, usualmente abundante.

Al igual que el fetiche con los senos, en el caso de los varones, la pogonofilia es bastante común en las mujeres.

Siempre y cuando la barba no sea la única vía para conseguir la estimulación sexual y no se vuelva una hiperfijación obsesiva que cause malestar o vergüenza, llega a ser bastante manejable e incluso pueden emplearse prótesis de juguete para entablar interesantes juegos de roles.

Lencería

El fetiche por la lencería consiste en la excitación sexual a través del tacto, olfato, gusto o vista de ropa interior, accesorios íntimos o lencería erótica.

Dentro de este fetiche entra el uso de bragas, pantis, calzoncillos, mallas, ligueros, suspensorios y ropa interior fina (seda y satén). Muchas veces, este fetiche puede evolucionar a una filia asociada al olfateo de prendas usadas sin lavar como objeto de excitación.

Quienes encuentran fetiche en el amor por la lencería, deben cuidarse de no caer en prácticas sexuales raras o intrusivas como el robo de prendas íntimas, algo muy común en Asia.

Voyerismo

El voyerismo, a pesar de que se considera un fetiche masculino, llega a ser frecuente en mujeres.

Esta práctica consiste en la estimulación sexual a través de la observación de terceros sin ropa, con poca ropa o cuando practican relaciones sexuales, sin la necesidad de participación activa.

Los gustos en una persona voyerista pueden ir desde el disfrute de compartir o permitirle a su pareja tener relaciones con terceros de manera consensuada, para poder observar el acto sin participar, hasta ser quien comparte un acto de índole sexual con un tercero mientras se es observado.

Las manos

La quirofilia es el fetiche hacia las manos y consiste en la excitación a través de la admiración de esta parte del cuerpo.

La fijación con las manos puede llegar a ser muy variada, desde mujeres que consiguen excitante que su pareja tenga manos duras, musculosas y callosas, hasta quienes prefieren manos estéticas, suaves y perfectas.

Una forma de experimentar con este fetiche es mediante caricias lentas o introduciendo los dedos en la boca de la pareja.

Es importante mantenerse comunicado con la pareja antes de practicar por primera vez ciertos elementos de fetichismo, tipos de caricias o prácticas intrusivas (como el uso de los dedos) para evitar malas experiencias.

Erotismo Textual

El significado del fetiche sexual literario es simple: consiste en la excitación intensa a través de leer historias con alto contenido erótico, que describan escenas sexuales (ficticias o reales) o que de manera poética apunten hacia el eros femenino, invitando a reinterpretar el texto de manera sexual, lo que ayuda a algunas personas a revivir experiencias intensas del pasado.

Este es uno de los favoritos entre las mujeres fetichistas y es fácil experimentar con él, ya que puede practicarse en privado o incluyendo a la pareja, quien puede leer las escenas para favorecer el ambiente íntimo.

Comida

Muchos pueden llegar a pensar que introducir comida en las relaciones puede hacer al sexo más extraño, pero no es el caso.

El fetiche por la comida consiste en usar golosinas, cremas, frutas, espumas y otros comestibles para ir recorriendo el cuerpo de la pareja en un juego intenso de olores, texturas, sabores, cosquillas, complicidad y erotismo, consiguiendo con ello un mayor placer sexual.

De este fetichismo derivan otras prácticas como el Feederismo, que es la excitación hacia personas obesas o por alimentar a la pareja dándole comida abundante en la boca. Estos son mucho menos frecuentes.

Salirofilia o fetiche por los fluidos

La salirofilia es el fetiche por los fluidos corporales que pueden encontrarse durante el acto sexual y que pueden ir desde el sudor, pasando por los fluidos vaginales, el líquido pre seminal y el semen hasta la propia saliva.

Las personas que gozan de este fetiche disfrutan de frotarse, oler e ingerir los fluidos de su pareja.

Hay que tener cuidado de no romper la barrera de contacto al jugar con este tipo de experiencias sexuales. Sin embargo, es bastante común y puede ser una forma interesante de agregar picardía a la relación para algunas mujeres.

Cabello

La tricofilia es un fetiche predominante en las mujeres y consiste en la obtención de un intenso placer sexual cuando se toca, acaricia, manipula e incluso huele el cabello de otra persona.

Este fetiche tiene su origen en los primitivos instintos humanos, donde el pelaje es una marca de calidad y de buena salud en una persona, lo que activa los mecanismos erógenos y reproductivos.

El fetiche por el cabello tiene una dinámica de placer mutuo, porque los seres humanos asocian las caricias en el cabello con placer y ternura.

Lenguaje sucio

El Dirty talk es una práctica sexual y fetiche común que consiste en el uso de malas palabras, groserías y frases altamente “sucias”, vulgares o hiper-sexualizadas como medio estimulante durante el sexo.

Hay que entender que este fetiche puede ir desde las típicas preguntas habituales, hasta narraciones explícitas y exageradas del acto sexual a modo de fantasía.

Este fetiche suele estar ligado a prácticas Bondage, sadomasoquistas y de Sumisión/Dominación.

Pese a lo que se cree, decir groserías durante el sexo, como fetiche, no es exclusivo de personas groseras, vulgares y violentas. De hecho, puede llegar a ser usado como un mecanismo de liberación de tensiones sociales por mujeres y hombres sumisos o altamente educados.

Autoandrofilia

La Autoandrofilia es un fetiche exclusivo de las mujeres y consiste en conseguir gran satisfacción o placer sexual mediante el uso de ropa masculina.

Esta práctica suele ir desde el uso de ropa íntima masculina, hasta trajes elegantes completos. Suele estar asociado con un simbolismo de dominación, de poder o de autoproclamación de fuerza.

Las mujeres que experimentan este fetiche pueden llegar incluso a estimularse con solo imaginarse con ropas o características masculinas.

El término ha evolucionado durante los últimos años para incluir a hombres que se excitan al imaginarse en versiones hipermasculinizadas de sí mismos.

Urofilia

La urofilia es la excitación por el orín, el orinar o ser orinado.

Siempre que sea consensuado, en un entorno seguro y con los cuidados pertinentes, se considera una práctica respetable en el amplio abanico de fetiches.  Es importante hablarlo con la pareja antes de experimentar con ello para asegurar la comodidad de amos.

Suele estar relacionado con los fetiches de dominación y sumisión. Es uno de los más comunes, por raro que parezca.

Aquí termina la lista de fetiches sexuales (fetiches normales en mujeres, para ser más precisos). Es importante invitar nuevamente al público en general a no estigmatizar lo que son los fetiches, ni los tipos de fetiches de mujeres, que por tanto tiempo han sido invisibilizados y satanizados. Disfrutar del placer sexual, siempre que sea un acto consensuado, libre y placentero, deja cabida para muchas prácticas inusuales, entre ellas, fetiches femeninos que vale la pena probar, está bien, es sano y hay que conocer.

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